Mijaíl un mes después de tomar el poder en la Unión Soviética, presentó dos posturas desde el Kremlin. Éstas fueron “la Perestroika” y “La Glasnost”.
La Perestroika ("reestructuración") es conocida como la reforma que fue creada para desarrollar una nueva estructura de la economía interna de la Unión Soviética, y fue llevada a la práctica en todo el territorio de la Unión Soviética. La perestroika pretendía reorganizar el sistema socialista, para poder conservarlo. Esto porque dentro de sus planes de cambio estaba que la sociedad soviética pudiera tener un nuevo ánimo para que estuvieran listos y pudieran contribuir en la creación de la nueva Unión Soviética. Este proceso, culminó finalmente en el fin de la era de Gorbachov y en la caída de la URSS.
La glasnost (“apertura o transparencia”) se conoce como una política que se llevó a cabo a la par de la perestroika por el líder del momento Mijaíl Gorbachov, desde 1985 hasta 1991.1 En comparación con la perestroika que se ocupaba de la reestructuración económica de la Unión Soviética, la glásnost se concentraba en liberalizar el sistema político. En esta se estipulaban libertades para que los medios de comunicación tuvieran mayor confianza para criticar al gobierno. Esta política inició la libertad de prensa, el pluralismo político y la transparencia informativa. El objetivo era crear un debate interno entre los ciudadanos y alentar una actitud positiva frente a las reformas económicas. Asimismo, se pretendía ejercer presión sobre los sectores conservadores del partido que se oponían a la perestroika.
Sin embargo, dos trágicos sucesos obstaculizaron el proceso de reforma económica: el grave accidente nuclear en la Central de Chernobil (abril de 1986), y el terremoto de Armenia (diciembre de 1988), que provocó más de 20.000 muertos y graves daños materiales. La meta de Gorbachov con la glásnost era en parte ejercer presión sobre los conservadores del Partido Comunista que se oponían a la perestroika